Priistas pelearán por partido periférico
La derrota más grande y catastrófica de su historia experimentada el pasado el 1 de julio colocó al PRI en la periferia del sistema electoral mexicano con la urgencia de refundarse.
En ese contexto, políticos afines al presidente
Enrique Peña Nieto y tecnócratas se aprestan a dar la batalla por lo que queda
del partido con los llamados priistas tradicionales.
Contrario a lo que ocurre en Acción Nacional
donde los gobernadores exigieron la renovación de su dirigencia nacional, en el
PRI los mandatarios surgidos de esa organización han mantenido una aparente
prudencia.
Horas después de conocida la estrepitosa
derrota del partido en el gobierno, el presidente nacional del tricolor, René
Juárez Cisneros, convocó a los gobernadores a mantenerse unidos y cohesionados
monolíticamente.
En un posicionamiento después de esa reunión
dijo que los priistas actuarán como una oposición responsable y constructiva
que anteponga el interés supremo de México.
Indicó que se hará un análisis cuidadoso,
honesto y profundo que al final lleve a los priistas a salir cohesionados y
unidos como organización partidaria. Dio la bienvenida a la diversidad, la
pluralidad y a cualquier idea que no coincida con la dirigencia nacional
priista, pero la condicionó a “que se anteponga el interés supremo del partido,
el interés supremo de la nación a cualquier otro interés carroñero que pretenda
dañar al Partido Revolucionario Institucional”.
Ese discurso fue una clara respuesta a la
circulación de una carta firmada por 417 militantes de la corriente priista
Democracia Interna, liderada por el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, en la
que señalan que acusaron al presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete” de ser
los principales responsables “de esta debacle”.
En la misiva le reprochan haber abierto el PRI
a candidatos externos y cerrar los espacios a la militancia, imponer
candidaturas a placer y promover cambios a los documentos del partido que
atentaron contra las posibilidades democráticas con el pretexto de hacer más
fácil la toma de decisiones.
Dicen que fueron “esos iluminados cuyas
acciones se convirtieron en una gran traición” e indicaron que “no podemos
permitir que sigan haciéndole daño a nuestra organización, que la aniquilen”.
Luego, exigen que “por elemental congruencia,
el Comité Ejecutivo Nacional, los dirigentes de sectores y organizaciones deben
poner sobre las mesas sus renuncias”, porque, dicen, es el momento de actuar
con dignidad y ayudar a construir entre todos una nueva dirigencia electa por
militantes y simpatizantes.
En su opinión, “la simulación y la farsa
llevaron al PRI a la derrota más penosa en su historia, aún mayor a la que
sufrió después de Zedillo”.
Vendrá un ajuste de cuentas
Para el politólogo José Fernández Santillán,
luego de que el PRI obtuviera los peores resultados en su historia en una
elección presidencial, se avecina una confrontación interna, en la que los
priistas de cepa buscarán ajustar cuentas con los tecnócratas.
“Claro que vendrá un ajuste de cuentas dentro
del PRI, los que pierden son los tecnócratas. Con la llegada de López Obrador
se acaba el neoliberalismo y se acaba el dominio de los tecnócratas sobre el
PRI y ahora el PRI será el dueño de su destino, claro un PRI achicado, un PRI
bocabajeado pero tendrán que hacer”.
Para el académico del Instituto Tecnológico de
Estudios Superiores de Monterrey la debacle que sufrió el PRI al perder la
Presidencia de la República, mayoría en el Congreso de la Unión, así como no
ganar ninguna de las nueve gubernaturas en disputa se explica en gran medida al
conflicto soterrado que existe entre políticos y tecnócratas desde el sexenio
del expresidente José López Portillo.
“Siempre hubo un pleito tras bambalinas entre
políticos y tecnócratas, pero los políticos siempre mantuvieron su bastión que
fue el PRI, incluso cuando el PAN gobernó el país. Sin embargo, ahora Enrique
Peña Nieto les dio un poder inaudito a los tecnócratas representados por Luis
Videgaray quien es responsable de esta debacle”.
En
ese sentido, dijo que fue el canciller mexicano quien colocó como dirigente a
Enrique Ochoa en la dirigencia nacional del PRI, espacio en el que sólo entregó
malas cuentas. Otro desacierto, consideró el académico, fue haber
impulsado la candidatura de José Antonio Meade quien no se había parado en un
templete en toda su vida.
Consideró que el Revolucionario Institucional
está obligado a repetir lo que logró Beatriz Paredes en el 2006 quien
contribuyó a que el tricolor se convirtiera en la primera fuerza, cuando tres
años atrás era la tercera, pero además ella fue quien llevó a Enrique Peña
Nieto a la Presidencia de la República.
Para encabezar este trabajo, dijo el partido
tiene a políticos como Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong, René
Juárez, Jesús Murillo Karam y Beatriz Paredes. En cuanto al futuro de los tecnócratas,
planteó, que ni se paren por Insurgentes porque los van a agarrar a patadas.
Además, ellos no se identifican con el PRI, odian al PRI, decían que apestaba a
pueblo”.
Fernández Santillán explicó que ni en el 2000
el PRI perdió como ahora, pues en aquel año mantenía bajo su hegemonía 20
gobiernos estatales, mientras que para el 2018 sólo se quedará con 12,
gubernaturas y perdió la mayoría en el Congreso de la Unión.
No es la primera vez que supera la adversidad
Por su parte el analista político Juan Luis
Hernández Avendaño consideró que lo ocurrido al PRI el 1 de julio constituye la
derrota más grande de su historia tanto cuantitativa como cualitativamente
hablando. Eso porque no sólo pierde con una marcada diferencia sino porque
perdió todas las gubernaturas que estaban en juego, varias ciudades
emblemáticas como Atlacomulco y Toluca que son la cuna del grupo político del
presidente Enrique Peña Nieto.
“No es una derrota cualquiera; no es como la
del 2000 o 2006, es una derrota que lleva al PRI a la periferia del sistema
electoral”.
Para el académico, el Revolucionario
Institucional tendrá que refundarse, plantearse seriamente cerrar las cortinas
de ese partido e incluso aparecer con otras siglas.
Destacó que el PRI siempre ha sido un partido
que en sus derrotas ha sabido recomponerse y regresar al poder como ocurrió en
el 2000 o 2006 cuando se refugió en los estados donde todavía era gobierno.
Incluso recordó que hace seis años regresó a la Presidencia con un exgobernador.
En ese sentido, dijo que al PRI le queda una
identidad partidaria con presencia en todo el país a pesar de que en la
reciente elección hayan votado por él menos de dos de cada 10 personas.
En tanto, Ivonne Acuña Murillo, catedrática de
la Universidad Iberoamericana, considera que si bien ésta es considerada la
peor debacle del Partido Revolucionario Institucional, todavía podría
acentuarse con la fuga de más priistas hacia Morena.
“Conforme se fortalezca Morena, el PRI se va a
seguir desfondando, vamos a ver la salida de grandes figuras y de bases,
incluso hay que voltear a ver a los sindicatos del PRI, hay que ver quiénes
empiezan a moverse sobre todo porque siguen formando de la cultura del partido
único-hegemónico, entonces ellos desde esa lógica comiencen a moverse hacia
Morena”.
Dijo que derivado de los pésimos resultados
obtenidos en la pasada jornada electoral, sin duda habrá un intento de refundar
al partido, de modificar el equilibrio de fuerzas al interior, que otro grupo
pudiera desplazarse hacia la dirigencia nacional del PRI.
“El grupo Atlacomulco se va a ver disminuido,
ha sido fuertemente golpeado en esta elección”.
En ese sentido, recordó que incluso antes de
las elecciones ya había una confrontación interna entre los priistas particularmente
por la nominación de su candidato, pues mientras unos impulsaban a un externo,
los priistas peleaban porque fuera uno de ellos el abanderado.
Agregó que hoy la pugna que se avecina es por
desplazar al grupo Atlacomulco y al de los tecnócratas.
La
académica consideró que lo que sigue para el PRI es trabajar en la
reconstrucción interna del partido, pues sino lo hace ahora, con el
fortalecimiento de Morena, nada bueno le espera al tricolor. Para retomar las
tareas de reconstrucción del partido, señaló el PRI tiene cuadros como Manlio
Fabio Beltrones e Ivonne Ortega.
El grupo de Peña no puede encabezar estos
trabajos porque ya es visto como el responsable de esta debacle.
Con
información de El Economista / Diego Badillo Y Lidia Arista
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