El recuento de los primeros días de AMLO como virtual presidente electo

Desde que fueron anunciados los resultados electorales la noche del 1 de julio, el equipo de trabajo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha dado señales de cuál podría ser el sello de la nueva administración. Más allá de los aspectos obvios o del análisis de las personalidades (e incluso manera de vestir y lenguaje corporal) de los integrantes del futuro gabinete, se pueden señalar algunos aspectos relevantes. Si bien han transcurrido pocos días desde aquel momento, algunos de los mensajes han sido sustanciales y han brindado información nueva e importante respecto a la agenda del próximo gobierno.

Cabe destacar el caso particular de la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, quien será titular de la Secretaría de Gobernación, en distintas ocasiones se ha pronunciado explícitamente a favor de algunos de los derechos que aún no han sido reconocidos en la Constitución (o no en todas las entidades federativas), así como por un cambio en la postura del Estado mexicano respecto a la guerra contra las drogas.

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Estos mensajes en particular hablan del carácter progresista y liberal que podría tener la próxima administración en asuntos como la voluntad anticipada, el uso recreativo de la marihuana, la despenalización del aborto, entre otros. Cómo se tratarán estos asuntos y cómo serían impulsados desde la Secretaría de Gobernación, sin duda, serán grandes temas para esta administración. De entrada, es significativo y celebrable un cambio tan importante, al menos, en la retórica.

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En lo económico y en lo político, algunos mensajes han sido de suma importancia. En particular es de recalcar el tono prudente y responsable de Carlos Urzúa, quien será el próximo titular de la Secretaría de Hacienda, así como el acercamiento del presidente electo con figuras clave de la vida nacional como empresarios, gobernadores y con el gobierno de Estados Unidos.

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Estos dos se acompañan de anuncios específicos como el de la política fiscal respecto a los energéticos, así como la de reducción de privilegios y salarios de la administración pública federal. Cabe destacar también el cambio de los delegados federales por una nueva figura, la de coordinador estatal, quienes serán los encargados de la relación del gobierno federal con cada entidad federativa.

Estos cambios muestran una futura administración austera en términos del gasto corriente y que se enfocará en materializar algunos de los ambiciosos proyectos (inversión en infraestructura, programas de pensiones y becas principalmente) que se plantearon en su campaña. Las implicaciones de estos cambios, así como la dificultad de su implementación no son menores. Sin duda alguna, uno de los principales retos de arranque de la nueva administración será lograr traducir estos cambios en la estructura de gobierno en resultados concretos.

Con información de José Carlos Sierra / huffingtonpost