Juchitán comienza a levantarse tras el temblor
Oaxaca, Mex / Fuente AP
Las ayudas y los equipos de limpieza comenzaron a
llegar el sábado en masa a Juchitán, en el sur de México, dos días después de
un devastador sismo que se cobró 37 vidas en la ciudad, más de la mitad del
total nacional.
Aviones de carga del gobierno trasladaron los
suministros y los soldados comenzaron a distribuir cajas con comida, aunque
muchos residentes de esta ciudad de la región de Istmo, en el estado de Oaxaca,
se quejaron por la lentitud de las operaciones y por no haber recibido ayuda
todavía.
Equipos de soldados y policías federales armados
con palas y martillos se desplegaron por los vecindarios para ayudar en la
demolición de los edificios dañados. Camiones con volquetes ocuparon algunas
calles estrechas mientras comenzaban a retirar toneladas de escombros.
María de Lourdes Quintana López dijo que no podía
esperar a la ayuda del gobierno mientras supervisaba la demolición del almacén
de dulces propiedad de su familia.
"Tenemos que trabajar para que no nos gane la
tristeza", declaró Quintana. "No vamos a esperar que el gobierno haga
lo que tiene que hacer".
El trabajo de los residentes para limpiar las
calles y las fincas donde estaban sus derribadas viviendas se vio ralentizado
el sábado por las réplicas que remecieron el suelo a lo largo del día. El
terremoto de magnitud 8,1 dejó 65 muertos en México, aunque en ningún sitio
tantos como en Juchitán.
Había tantos fallecidos que los cortejos fúnebres
bloquearon temporalmente algunos cruces su lento camino hacía los cementerios
de la ciudad.
Las escenas de duelo se repitieron una y otra vez
en Juchitán, donde un tercio de los inmuebles de la ciudad colapsaron o
quedaron inhabitables, dijo el presidente del país, Enrique Peña Nieto, el
viernes en la noche. Parte del ayuntamiento se vino también abajo.
En las afueras de la ciudad, el hospital general
seguía reubicado en su sede temporal: el gimnasio de una escuela. El movimiento
telúrico destrozó el hospital, por lo que el recinto albergaba una mezcla de pacientes
que ya estaban ingresados antes del temblor y otros heridos en él.
María Teresa Sales Álvarez describió una situación
de "caos" cuando el terremoto sacudió el hospital, un edificio de una
sola plata, pero el personal trasladó a los pacientes al exterior y envió a la
mayoría de los que requerían cuidados especiales a otros centros médicos.
Selma Santiago Jiménez espantaba con la mano las
moscas que rodeaban a su marido y le limpiaba la frente mientras esperaba a ser
trasladado para una operación. Sufrió heridas en un accidente de motocicleta
antes del sismo. En el hospital, las ventanas se rompieron y las puertas se
cayeron, pero el personal acudió pronto en ayuda de su esposo, agregó.
Además de las víctimas mortales en Juchitán, el
terremoto se cobró la vida de nueve personas más en Oaxaca y de 19 en estados
vecinos. Otras dos fallecieron el viernes en un deslave en el estado de
Veracruz, en la costa del Golfo de México, provocado por el paso del huracán
Katia.
Peña Nieto dijo que las autoridades estaban
trabajando para restablecer el suministro de agua y comida y para proporcionar
asistencia médica a quienes la necesitaban. El gobierno ayudará en la
reconstrucción, según prometió el dirigentes.
En el recinto ferial de Juchitán, unas dos docenas
de residentes de un céntrico vecindario se congregaron a las puertas de lo que
el ejército está utilizando como base.
Protestaban porque los paquetes de ayuda que los
soldados comenzaron a repartir el sábado no llegaron a muchas familias. Un
capital del ejército les pidió paciencia, pero finalmente acordó llevar dos
camionetas llenas de suministros y agua al barrio.
No fue suficiente para satisfacer a todos los
residentes, que rodearon los vehículos, pero el capitán prometió que seguirían
abasteciendo la ciudad calle por calle.
AP
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